Movimiento como medicina
Qué pensarías si te dijeran que ya existe una pastilla que tomada de manera adecuada, diariamente, te daría una vida más larga y feliz?
Además te haría más fuerte, optimizaría tu sistema inmunológico, tu nivel de concentración, tu capacidad cognitiva, mejoraría tu humor y calmaría niveles de ansiedad?
De hecho esta píldora mejoraría todos tus marcadores de salud para envejecer con más funcionalidad.
Esta píldora se llama ejercicio físico.
Esta medicina milagrosa debería ser la herramienta médica de mayor prescripción en el mundo. Se escucha fácil, pero para que funcione debería seguirse tomando todos los días en la dosificación adecuada y de forma personalizada.
El movimiento como medicina va más allá de la apariencia física y seguir esos cánones de belleza superficiales, ya el peso corporal no es una medida de salud, lo que se busca hoy en día es perseguir una mejor version de uno mismo, es más valioso salir a caminar para despejar la mente 20 minutos diarios que hacer una rutina salvaje e insana para nuestro organismo.
El ejercicio físico y la actividad física adecuadas son la polipildora por excelencia, sin efectos adversos, gratuita, previene enfermedades cardiovasculares, mejora el estado de animo, científicamente está comprobado que mejora la cantidad de bacterias ¨buenas¨ en nuestra microbiota y nos permite envejecer con buena calidad de vida.
Los efectos benéficos del ejercicio físico en la prevención, tratamiento y control de algunas enfermedades se deben a efectos específicos de algunas proteínas muy pequeñas, llamadas, miocinas, como detallamos a continuación:
A nivel musculoesquelético: en lumbalgia, lesión de tendón, osteoporosis, osteoartritis y fractura de cadera. Contribuye bioquímicamente al aumento de las enzimas metabólicas: citrato sintetasa, β-HAD, glicógeno fosforilasa, disminuye la expresión catabólica de ARNm (FOXO3a, MuRF-1, atrgina-1, miostatina).
En lo referente a enfermedades cardiocerebral y vascular se puede prescribir ejercicio a pacientes con enfermedad arterial coronaria, falla cardíaca crónica y accidente vascular encefálico. El ejercicio físico contribuye a que nuestro endotelio arterial funcione de manera óptima, en otras palabras, la parte interna de las arterias es muy especializada, aquí ocurren muchos transportes vitales de moléculas, minerales hacia afuera y adentro del canal donde va la sangre y esto ayuda a la perfusión periférica (que el oxigeno llegue bien a los tejidos).
En el sistema respiratorio y urinario puede mejorar la calidad de vida a padecientes de enfermedad renal crónica y postrasplante de riñón, en enfermedad pulmonar obstructiva crónica, enfermedad pulmonar intersticial y postrasplante de pulmón.
A pacientes oncológicos, en el caso de mama, colon, próstata y pulmón, el ejercicio físico puede ayudar con el incremento del volumen mitocondrial, con el aumento de la degradación de proteínas dañadas y ayuda a la nueva síntesis de proteínas funcionales. (Incremento de la expresión de PGC-1α, aumento del contenido de SIRT3).
En cuanto al manejo del azúcar en diabéticos y pacientes con síndrome metabólico, mejora la sensibilidad a la insulina, aumenta los transportadores de glucosa GLUT-4, mejora la captación de glucosa estimulada por la contracción mediada por la familia calcio calmodulina kinasa (CaMK) y la proteína kinasa atípica (aPKC) que disminuye la glucogenolisis hepática, la leptina, los triglicéridos y el estrés oxidativo. Mejora la función de la célula beta pancreática; aumenta la movilización y depuración de ácidos grasos no esterificados.
Concretamente ha sido demostrado el papel que desempeña la realización de ejercicio físico en la prevención de la preeclampsia, la diabetes gestacional, la ganancia excesiva de peso materno, la mejora en el rendimiento del embarazo, la estabilización del humor de la madre, el menor riesgo de padecer venas varicosas, el menor riesgo de trombosis venosas, la reducción de los niveles de disnea y la menor aparición de episodios de lumbalgia.
A nivel neurológico el ejercicio ayuda a pacientes con Parkinson, Huntington, Alzheimer, depresión y ansiedad, gracias al aumento en la producción de neurotransmisores llamados endorfinas y a la regulación de serotonina, dopamina y noerepinefrina, esta euforia química post-ejercicio nos hace sentir inmediatamente felices.
La meta es ir modificando nuestros hábitos, haciendo cambios pequeños para que ese tiempo de ejercicio físico sea no negociable, un estiramiento de 15 minutos en nuestra habitación en vez de pasarnos ese tiempo frente a una pantalla, son inicios… Tenemos que permitirnos a nosotros mismos enamorarnos del ejercicio y como este nos hace sentir para que este sea sostenible durante toda la vida.
Qué estás esperando para iniciar tú dosis de 30 minutos de ejercicio físico hoy?
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